Y esta semana fue la maravillosa voz de Javier Roca quien dio vida a la obra del autor Alejandro César Álvarez. Joana Pol no pudo estar presente en la entrevista, pero ahí estaba nuestra maravillosa Sandra Llabrés, al pie del cañón, y cómo no, Carlos Riera.
Nombre: Alejandro César Alvarez
Nacionalidad: Argentina
Residencia: Buenos Aires, Capital Federal
Edad: 47
OBRA:
Estoy terminando mi primer libro de cuentos llamado "CUENTOS DE LA TORMENTA" donde la constante es ese término. Por ejemplo cuentos cortos que van desde la operación "Tormenta del desierto" hasta "Katrina", pasando por tormentas mentales, políticas, sexuales , económicas, de identidad y otros asuntos.
Será un libro sencillo que caerá del cielo, para leer en tiempos difíciles.
LEMA:
"Mientras miro las nuevas olas yo ya soy parte del mar ...." (Frase popular)
"LA UNA Y MIL NOCHES"
(Un cuento sobre Bagdad)
Desde las copas de los árboles los pájaros sacuden su vigilia en direcciones contrarias.
En el mar se confunde el canto de sirenas con el grito de las bestias al parir sus desgarros.
Abajo, una pequeña casa sin patios ni jardines va acumulando sus ropas sucias con una sed desesperante.
Rash parece enloquecer ladrando al cielo sin saber qué ocurre, recostándose exhausto a un costado de la cama, jadeante de cansancio.
Entonces, se abrieron los fuegos.
Los hombres gritan y las mujeres lloran. Todo es confusión y terror.
Por un instante ya no hay más cantos, ni sirenas, ni nada. Rompe el estruendo. Los niños abrazan los vientres exclamando: "Mamá!"
Es ahora cuando las mujeres gritan y son los hombres los que lloran. La naturaleza parece añorar su cordura.
Un olor penetrante e irreconocible ingresa por las pequeñas ventanas de madera.
Los ojos oscuros y rasgados de una mujer improvisan un cuento en el que los ángeles se enojan y pelean porque alguien se portó mal.
Todas las noches se repiten idénticas. Un desquicio de una y mil noches.
Viejas imágenes en forma de hongos se elevan hacia los infiernos, desde lo más negro e inflamable de los pensamientos humanos.
Por fin y con un gran esfuerzo, amanece.
Nahyra tiene siete años. Sus únicos juguetes son una muñeca hecha de trapo y papel, además de un pequeño castillito de arena junto a la puerta del fondo, al que cuida celosamente porque dice que ahí vive el alma de su papá.
El día transcurre recogiendo los restos de lo que falta. La puerta de la casa se abre y se cierra hasta el cansancio reconociendo y reconociéndose en el rostro desesperado de los vecinos.
Al caer la tarde Nahyra toma su muñeca y comienza a rezar junto a su familia, en tanto Rash observa inquieto todo aquello que se mueva un poco más allá del techo de la casa.
Ya es tarde y los presuntos ángeles nuevamente se enojan. Vuelven las sirenas.
En un instante, la luz lo abarca todo. El brillo sobre la casa se hace cada vez más incandescente y el ruido ensordecedor.
Aquellos ojos rasgados abrazan todo lo que pueden. Nahyra se ciñe a su muñeca como único refugio y la palabra Dios resuena en todos los idiomas. Rash con el rabo escondido busca cobijo en las polleras de su dueña.
El castillo y las arenas vuelan por los aires y con todas las almas. Ya no hay más puertas, ya no hay más fondo, ya no hay atrás. Sólo trapo y papel emanando humo, aferrados por un par de pequeñas manos inocentes.
Entre tanto en otro lugar de la ciudad, un olor penetrante e irreconocible ingresa por las pequeñas ventanas de madera. Allí vive Ahmed, que con sus escasos cinco años, comienza la noche rezando junto a los ojos oscuros y rasgados de su madre.
Muy cerca de él hay una pelota de goma con la que mañana, antes de partir hacia la escuela, anhela jugar por un rato con su gatito.
Aunque interrumpiéndolo todo, el resplandor del amanecer hoy parece haberse anticipado varias horas, más feroz y vertiginoso que nunca, precipitándose definitiva y rabiosamente esta noche sobre su casa.
ALEJANDRO CÉSAR ALVAREZ. -ARGENTINA- alecesar008@yahoo.com.ar
AS MIL E UMA NOITES
(Um conto sobre Bagdá)
Desde as copas das árvores os pássaros sacodem as suas vigílias em direções contrárias.
No mar, se confunde o canto das sereias com o grito das bestas ao parir seus desgarrados.
Abaixo, uma pequena casa sem pátios nem jardins, vai acumulando roupas sujas com uma sede desesperante.
Rash parece enlouquecer latindo ao céu sem saber o que está acontecendo, deitando-se exausto no costado da cama, arquejante de cansaço.
Então, se abriram os fogos.
Homens gritam e as mulheres choram. Tudo é confusão e terror.
Por um instante, já não existem mais cantos, nem sereias, nem nada. Rompe-se o estrondo. Os bebês abraçam os ventres exclamando: "Mamãe!"
Agora as mulheres gritam e são os homens que choram. A natureza parece lembrar sua prudência.
Um odor penetrante e irreconhecível atravessa as pequenas janelas de madeira.
Os olhos escuros e rasgados de uma mulher improvisan um conto no qual os anjos enfurecidose brigam porque alguém se comportou mal.
Todas as noites repetem-se idênticas. Uma desordem das mil e uma noites.
Velhas imagens em forma de cogumelos elevam-se em direção aos infernos, desde o mais escuro e inflamável pensamento humano.
Finalmente e com grando esforço, amanhece.
Nahyra tem sete anos. Suas únicas brincadeiras são uma boneca feita de trapos e papel,
além de um pequeno castelo de areia perto da porta do fundo, que ela cuida zelosamente porque diz nele viver a alma do seu pai.
O dia transcorre juntando-se os restos do que falta. A porta da casa, se abre e se fecha até cansar, reconhecendo e reconhecendo-se no rosto desesperado dos vizinhos.
No entardecer, Nahyra agarra a sua boneca e começa a rezar junto com a sua família, enquanto que Rash observa, inquieto, tudo o que se move um pouco além do teto da casa.
Já é tarde e os supostos anjos novamente se irritam. Voltam as sirenes.
Num instante, a luz toma conta de tudo. O brilho sobre as casas torna-se cada vez mais incandescente e o barulho, ensurdecedor.
Aqueles olhos rasgados abraçam tudo o que podem. Nahyra se agarra à sua boneca como um único refúgio e a palavra Deus ressoa em todos os idiomas. Rash com o rabo escondido procura abrigo na saia de sua dona.
O castelo e as areias voam pelo ar e com todas as almas. Já não existem mais portas, já não existe mais fundo, já não existe mais atrás. Apenas trapo e papel emanando fumaça, agarrados por um par de mãos inocentes.
Entretanto, noutro lugar da cidade, um odor penetrante e irreconhecível atravessa pelas pequenas janelas de madeira. Lá vive Ahmed, com seus parcos cinco anos, começa a noite rezando perto dos olhos escuros e rasgados de sua mãe.
Muito próximo dele, descansa uma bola de plástico com a qual a-amanhã, antes de sair para a escola, ele sonha jogar um pouco com o seu gatinho.
Ainda que interronpendo tudo, o luzir do amanhecer hoje parece ter-se antecipado várias horas, mais feroz e vertiginoso do que nunca, precipitando-se, definitiva e enraivadamente, esta noite sobre a sua casa.
ALEJANDRO CESAR ALVAREZ – ARGENTINA – alecesar008@yahoo.com.ar
Traduçäo ao idioma português: Tadany Cargnin Dos Santos, escritor brasileiro.
LA MILLEUNESIMA NOTTE
(un racconto su Bagdad)
Alla vigilia gli uccelli si staccano tutti insieme dai rami più alti degli alberi, volando inquieti in direzioni contrarie.
Nel mare il canto delle sirene si confonde col grido delle bestie che partoriscono con sofferenza le proprie angosce.
Laggiù, in una piccola casa senza cortile né giardino, assetata senza speranza, si vanno accumulando mucchi di panni sporchi.
Rash sembra impazzito, e continua ad abbaiare al cielo senza capire cosa stia accadendo, sdraiandosi infine esausto di fianco al letto, ansimante per la stanchezza.
All'improvviso aprono il fuoco.
Gli uomini gridano e le donne piangono. Tutto è confusione e terrore.
Per un istante non si sentono più né canti, né le sirene, né nient'altro. Arriva un frastuono assordante. I bambini si abbracciano ai ventri esclamando ''Mamma!''
E adesso sono le donne che gridano, mentre gli uomini piangono. La natura sembra avere smarrito il senno.
Un odore penetrante e irriconoscibile entra dalla piccola finestra di legno.
Gli occhi scuri e a mandorla di una donna improvvisano un racconto nel quale gli angeli si adirano e combattono, perchè qualcuno si è comportato male.
E tutte le notti seguenti accade lo stesso. Un delirio da milleunesima notte
Antiche visioni a forma di fungo dal più nero e fiammeggiante dei pensieri umani si protendono verso gli inferni,.
Poi, con immane fatica, si arriva infine a vedere l'alba.
Nahyra ha appena sette anni. I suoi unici giocattoli sono una bambola fatta di carta e stracci e il piccolo castello di sabbia che ha costruito accanto alla porta: lo custodisce gelosamente, perché dice che ci abita l'anima di suo padre.
Il giorno si trascorre raccogliendo i resti di ciò che manca. La porta si apre e si chiude in continuazione, fino allo sfinimento, ogni volta riconoscendo e riconoscendosi nel volto disperato dei vicini.
Al calare del sole, Nahyra prende la sua bambola e comincia a pregare insieme al resto della famiglia, mentre Rash osserva inquieto tutto ciò che si muove intorno alla casa.
È già sera quando i presunti angeli si arrabbiano ancora. Di nuovo le sirene.
In un istante la luce si impadronisce di tutto. I bagliori sopra le case si fanno ogni volta più incandescenti e il rumore è assordante.
Quegli occhi a mandorla abbracciano tutto ciò che possono. Nahyra si stringe alla sua bambola come unico rifugio e la parola Dio torna a risuonare dappertutto, in ogni lingua.
Rash, con la coda nascosta, cerca di coprirsi e nascondersi sotto le gonne della sua padrona.
Il castello e la sabbia volano via nell'aria insieme alle anime di tutti. Non ci sono più porte, non ci sono più muri, e dietro ai muri non c'è più niente. Solo stracci e carte che emanano fumo, afferrati da un paio di piccole mani i.
Intanto in un altro luogo della città un odore penetrante ed irriconoscibile entra dalla piccola finestra di legno. Lì vive Ahmed che ,coi suoi cinque anni scarsi, si prepara alla notte pregando insieme agli occhi scuri e a mandorla di sua madre.
Vicino a lui c'è la palla di gomma con la quale domattina, prima di andare a scuola, vorrebbe potere giocare ancora una volta insieme al suo gattino.
Ma oggi, a quanto sembra, il sorgere dell'alba è arrivato in anticipo di qualche ora, per interrompere tutto: feroce e violento in modo inaudito schianta la notte eterna contro la sua casa.
ALEJANDRO CESAR ALVAREZ –ARGENTINA - alecesar008@yahoo.com.ar
Traduzione e adaptazion al idioma italiano di la verzione in castellano (español): Patrizio Pacioni, scrittore italiano.
domingo, febrero 18, 2007
Francisco Angulo en Es Racó Literari de 3 de Nit
Juan Gabriel Bauzà le puso voz a la obra de Francisco Angulo, que fue el autor entrevistado en el programa número 40 del Racó Literari de 3 de Nit, con Sandra Llabrés y Joana Pol.
1 LEMA:
No me gustan las historias lineales, por lo que mi novela “LA RELIQUIA” no sigue un orden establecido.
2 BIOGRAFÍA:
Quiero comentaros que soy una persona muy nerviosa y suelo marearme en publico, razón por la cual cada día soy menos sociable.
Francisco Angulo (Madrid, 1976)
Ha estudiado informática, es inventor y un gran entusiasta de los avances tecnológicos, aunque con algunas reservas bien meditadas.
Declara tener una fuerte conciencia por la conservación del medio ambiente lo que le impele a buscar fórmulas que ayuden de un modo práctico a contribuir a la sostenibilidad en el desarrollo de nuestras sociedades. Actualmente ha ideado y patentado diferentes motores ecológicos que espera puedan ser de utilidad para lograr este fin.
En su aspecto artístico, Francisco Angulo es escritor, hace diseño digital y su obra comienza con fuerza mostrando aspectos singulares llenos de una sugestiva vitalidad, humor, intriga e imaginación.
“La reliquia” es mi primera novela que consigue ver la luz aunque llevo escribiendo más de diez años.
He aquí una novela imaginativa, en el ámbito de la ciencia ficción, lo heurístico, lo inusual y, sin duda alguna, lo humorístico, rozando en ocasiones el nonsense y el absurdo al estilo Groucho Marx.
Pero en esta novela, la primera de Francisco Angulo, hay mucho más. Dentro de esa encrucijada que es la trama, empezando con la mirada de Ojos Castaños, en un lenguaje vivo y directo, incluso destartalado en algunas ocasiones y funcionalmente ambiguo, encontramos entrañables personajes como León el Camionero, enamorado del anís Sanblas, Plano, Cagalubias, Ratón, Elías, María o los misteriosos Jardineros... Pero el verdadero misterio llega al final... En el sorprendente relato que nos ofrece Francisco Angulo encontramos la patente de inventos que podrían revolucionar nuestro ámbito social, motivo más que suficientes para abrir estas páginas
Xavier de Tusalle
3 MANIFIESTO:
comentarles a los lectores que en el interior de la novel podemos encontrar algunas de mis patentes, en pro de la sostenibilidad.
Que no sigue una historia lineal, como la mayoría de novelas norte americanas, a las que estamos tan habituados y en las cuales con leer unas cuantas líneas uno ya puede imaginar cual será el final.
LA RELIQUIA es una historia más compleja, escrita para un lector inconformista, dinámico que interactúa hilando la trama, encajando las historias como en un puzzle “ pues a mí tampoco me gusta que me den las cosas masticadas”.
A los directivos de algunas grandes editoriales me gustaría decirles que pasen de vez en cuando por alguna librería, ya que sus estanterías están cada día más vacías de literatura española y más repletas de publicaciones estadounidenses, guías de viaje y libros de cocina.
“Estamos perdiendo generaciones enteras de autores que ven como los cajones de sus casas cada día albergan más manuscritos que nunca llegaran a ver la luz”
Por esta causa hemos creado la asociación de escritores independientes “CIÑE”
4 LECTURA:
“Ojos castaños” pasaba largas horas observándome; no sé lo que vio en mí, pero le encantaba sentarse en la hierba en frente y mirarme detenidamente; lo cierto es que me encantaba contemplarla. Era de altura pequeña, no llegaba al metro y medio, físicamente delgada, tenía una piel morena que solía llevar cubierta con pieles de animales para protegerse del frío; también portaba diferentes adornos en el pelo dependiendo de la época del año: en primavera acostumbraba trenzarse algunas flores y en invierno algunas cintas tintadas de colores; además habituaba ponerse algún adorno colgando del cuello a modo de collar, normalmente alguna tira fina de cuero, y, como joya, alguna concha o figurilla de barro que ella misma modelaba con sus manos. Pertenecía a una tribu que se había establecido cerca de mi posición, en unas cuevas poco profundas, que utilizaban como hogar. “Ojos castaños” tenía una mirada intensa y observaba todo con curiosidad, intentando comprender el mundo que la rodeaba, como si todo formase parte de un mundo mágico; percibía el movimiento en las copas de los árboles provocado por el viento, sostenía sobre su mano insectos con cuidado de no dañarlos, y después de contemplarlos intentando comprender qué eran, los devolvía de nuevo a la tierra. También le encantaba observar los pájaros e imitarlos; acostumbraba divertirse corriendo en círculos a mí alrededor, estirando los brazos y moviéndolos arriba y abajo como si fuese un ave.
En primavera crecía una hierba alta en la pequeña pradera que se encontraba a la izquierda, una pradera de hierba verde y alta, plagada de dientes de león. A “Ojos castaños” le encantaba saltar sobre el verde y con sus saltos se llenaba todo de la simiente de los dientes de león, que eran arrastradas por la suave brisa de primavera. Aquella bella criatura era incansable y podía tirarse horas saltando y jugando a atrapar las semillas que revoloteaban en el viento, cuando ascendían, “Ojos castaños” dejaba de saltar y se quedaba quieta, de pie, con la cara hacia arriba, los ojos cerrados y esperando en silencio. Entonces, algunas empezaban a descender suavemente y caían sobre su cara acariciándola. Me hubiese gustado poder notar aquella sensación, sentir cómo las suaves semillas caían sobre mí como plumas; en algunas ocasiones alguna le entraba en la nariz y la hacían estornudar; eso me parecía muy gracioso, porque “Ojos castaños” se quedaba muy sorprendida, con gesto de preguntarse qué era lo que había ocurrido.
Menos los días de lluvia, venía a verme siempre; era algo que me hacía ilusión y, cuando el día despertaba soleado, la esperaba hasta que la veía aparecer subiendo la pendiente que llegaba hasta mi posición; por lo general, subía tarareando alguna melodía y saltando al caminar.
La llegada de la primavera era una época espectacular: las aves migratorias me sobrevolaban en enormes bandadas; los almendros en flor junto con las bandadas de aves era signo inequívoco de que la primavera estaba apunto de llegar. En primavera todo se llenaba de color y de sonido, los pájaros y las ardillas iniciaban sus rituales de cortejo y todo estaba plagado de vida. “Ojos castaños” observaba siempre con asombro el maravilloso mundo que nos rodeaba; algunos días pasaba la tarde junto a mí y en verano se quedaba hasta el oscurecer; entonces, se tumbaba en la hierba y contemplaba el firmamento; la luz de las estrellas era brillante, y se podían divisar con gran detalle las constelaciones. Se fijaba en las estrellas a través de aquel cielo claro, limpio y cristalino; alzaba la mano y señalaba una estrella, luego la desplazaba señalando otra y sucesivamente hasta formar una figura; era un juego mágico, pues al terminar de hacer la figura esta quedaba iluminada en el firmamento; después se iba apagando suavemente hasta desvanecerse por completo; entonces, dibujaba una nueva figura, y así sucesivamente.
En invierno, a la altura a la que me encontraba, todo se cubría por un manto blanco; era curioso ver cómo la nieve virgen recién caída se llenaba de huellas, de la misma manera que se llena de letras una página en blanco; los animales esperaban en sus madrigueras hasta que dejaba de nevar, y luego salían con prisa, ansiosos por ver aquel magnífico paisaje; todo se cubría de por la gruesa capa blanca, un velo de una blancura perfecta, “Ojos castaños” quedaba muy sorprendida con aquel paisaje; con las primeras nevadas se emocionaba y le encantaba salir a saltar sobre la nieve; otras veces cogía un puñado de nieve en las manos y lo apretaba con fuerza, compactándolo, y luego lo lamía saboreándolo.
“En un principio los hombres inventaron el lenguaje para comunicarse los unos con los otros y, con el tiempo, lo perfeccionaron tanto que las personas dejaron de hablarse por miedo a equivocarse”. Cuando “Ojos castaños” se hizo más mayor, emitía sonidos y hacía gestos intentando comunicarse conmigo. Le encantaba ver cómo crecían las plantas, contemplar cómo, donde antes no había nada, más que tierra, depositando unas semillas poco a poco crecían plantas con hermosas flores y árboles con dulces frutos; así que cada vez dedicó más tiempo a ello, maravillándose de ver crecer aquellos hermosos árboles. sembró diferentes especies y llegó a crear maravillosos jardines, entre los que paseaba con satisfacción contemplando aquel precioso tamiz de la naturaleza. Tuvo una gran familia y enseñó a sus hijos los cuidados que la tierra requerían, los cuidados que las plantas necesitaban y les hizo comprender cómo con tan poco esfuerzo, la naturaleza se lo agradecía ampliamente. Si uno daba de beber a la tierra, ésta le devolvía a uno el favor proporcionándole alimentos.
5 CANCIÓN:
el tema principal de la película “the thin red line”
http://www.youtube.com/watch?v=E44B-IAMtcg
1 LEMA:
No me gustan las historias lineales, por lo que mi novela “LA RELIQUIA” no sigue un orden establecido.
2 BIOGRAFÍA:
Quiero comentaros que soy una persona muy nerviosa y suelo marearme en publico, razón por la cual cada día soy menos sociable.
Francisco Angulo (Madrid, 1976)
Ha estudiado informática, es inventor y un gran entusiasta de los avances tecnológicos, aunque con algunas reservas bien meditadas.
Declara tener una fuerte conciencia por la conservación del medio ambiente lo que le impele a buscar fórmulas que ayuden de un modo práctico a contribuir a la sostenibilidad en el desarrollo de nuestras sociedades. Actualmente ha ideado y patentado diferentes motores ecológicos que espera puedan ser de utilidad para lograr este fin.
En su aspecto artístico, Francisco Angulo es escritor, hace diseño digital y su obra comienza con fuerza mostrando aspectos singulares llenos de una sugestiva vitalidad, humor, intriga e imaginación.
“La reliquia” es mi primera novela que consigue ver la luz aunque llevo escribiendo más de diez años.
He aquí una novela imaginativa, en el ámbito de la ciencia ficción, lo heurístico, lo inusual y, sin duda alguna, lo humorístico, rozando en ocasiones el nonsense y el absurdo al estilo Groucho Marx.
Pero en esta novela, la primera de Francisco Angulo, hay mucho más. Dentro de esa encrucijada que es la trama, empezando con la mirada de Ojos Castaños, en un lenguaje vivo y directo, incluso destartalado en algunas ocasiones y funcionalmente ambiguo, encontramos entrañables personajes como León el Camionero, enamorado del anís Sanblas, Plano, Cagalubias, Ratón, Elías, María o los misteriosos Jardineros... Pero el verdadero misterio llega al final... En el sorprendente relato que nos ofrece Francisco Angulo encontramos la patente de inventos que podrían revolucionar nuestro ámbito social, motivo más que suficientes para abrir estas páginas
Xavier de Tusalle
3 MANIFIESTO:
comentarles a los lectores que en el interior de la novel podemos encontrar algunas de mis patentes, en pro de la sostenibilidad.
Que no sigue una historia lineal, como la mayoría de novelas norte americanas, a las que estamos tan habituados y en las cuales con leer unas cuantas líneas uno ya puede imaginar cual será el final.
LA RELIQUIA es una historia más compleja, escrita para un lector inconformista, dinámico que interactúa hilando la trama, encajando las historias como en un puzzle “ pues a mí tampoco me gusta que me den las cosas masticadas”.
A los directivos de algunas grandes editoriales me gustaría decirles que pasen de vez en cuando por alguna librería, ya que sus estanterías están cada día más vacías de literatura española y más repletas de publicaciones estadounidenses, guías de viaje y libros de cocina.
“Estamos perdiendo generaciones enteras de autores que ven como los cajones de sus casas cada día albergan más manuscritos que nunca llegaran a ver la luz”
Por esta causa hemos creado la asociación de escritores independientes “CIÑE”
4 LECTURA:
“Ojos castaños” pasaba largas horas observándome; no sé lo que vio en mí, pero le encantaba sentarse en la hierba en frente y mirarme detenidamente; lo cierto es que me encantaba contemplarla. Era de altura pequeña, no llegaba al metro y medio, físicamente delgada, tenía una piel morena que solía llevar cubierta con pieles de animales para protegerse del frío; también portaba diferentes adornos en el pelo dependiendo de la época del año: en primavera acostumbraba trenzarse algunas flores y en invierno algunas cintas tintadas de colores; además habituaba ponerse algún adorno colgando del cuello a modo de collar, normalmente alguna tira fina de cuero, y, como joya, alguna concha o figurilla de barro que ella misma modelaba con sus manos. Pertenecía a una tribu que se había establecido cerca de mi posición, en unas cuevas poco profundas, que utilizaban como hogar. “Ojos castaños” tenía una mirada intensa y observaba todo con curiosidad, intentando comprender el mundo que la rodeaba, como si todo formase parte de un mundo mágico; percibía el movimiento en las copas de los árboles provocado por el viento, sostenía sobre su mano insectos con cuidado de no dañarlos, y después de contemplarlos intentando comprender qué eran, los devolvía de nuevo a la tierra. También le encantaba observar los pájaros e imitarlos; acostumbraba divertirse corriendo en círculos a mí alrededor, estirando los brazos y moviéndolos arriba y abajo como si fuese un ave.
En primavera crecía una hierba alta en la pequeña pradera que se encontraba a la izquierda, una pradera de hierba verde y alta, plagada de dientes de león. A “Ojos castaños” le encantaba saltar sobre el verde y con sus saltos se llenaba todo de la simiente de los dientes de león, que eran arrastradas por la suave brisa de primavera. Aquella bella criatura era incansable y podía tirarse horas saltando y jugando a atrapar las semillas que revoloteaban en el viento, cuando ascendían, “Ojos castaños” dejaba de saltar y se quedaba quieta, de pie, con la cara hacia arriba, los ojos cerrados y esperando en silencio. Entonces, algunas empezaban a descender suavemente y caían sobre su cara acariciándola. Me hubiese gustado poder notar aquella sensación, sentir cómo las suaves semillas caían sobre mí como plumas; en algunas ocasiones alguna le entraba en la nariz y la hacían estornudar; eso me parecía muy gracioso, porque “Ojos castaños” se quedaba muy sorprendida, con gesto de preguntarse qué era lo que había ocurrido.
Menos los días de lluvia, venía a verme siempre; era algo que me hacía ilusión y, cuando el día despertaba soleado, la esperaba hasta que la veía aparecer subiendo la pendiente que llegaba hasta mi posición; por lo general, subía tarareando alguna melodía y saltando al caminar.
La llegada de la primavera era una época espectacular: las aves migratorias me sobrevolaban en enormes bandadas; los almendros en flor junto con las bandadas de aves era signo inequívoco de que la primavera estaba apunto de llegar. En primavera todo se llenaba de color y de sonido, los pájaros y las ardillas iniciaban sus rituales de cortejo y todo estaba plagado de vida. “Ojos castaños” observaba siempre con asombro el maravilloso mundo que nos rodeaba; algunos días pasaba la tarde junto a mí y en verano se quedaba hasta el oscurecer; entonces, se tumbaba en la hierba y contemplaba el firmamento; la luz de las estrellas era brillante, y se podían divisar con gran detalle las constelaciones. Se fijaba en las estrellas a través de aquel cielo claro, limpio y cristalino; alzaba la mano y señalaba una estrella, luego la desplazaba señalando otra y sucesivamente hasta formar una figura; era un juego mágico, pues al terminar de hacer la figura esta quedaba iluminada en el firmamento; después se iba apagando suavemente hasta desvanecerse por completo; entonces, dibujaba una nueva figura, y así sucesivamente.
En invierno, a la altura a la que me encontraba, todo se cubría por un manto blanco; era curioso ver cómo la nieve virgen recién caída se llenaba de huellas, de la misma manera que se llena de letras una página en blanco; los animales esperaban en sus madrigueras hasta que dejaba de nevar, y luego salían con prisa, ansiosos por ver aquel magnífico paisaje; todo se cubría de por la gruesa capa blanca, un velo de una blancura perfecta, “Ojos castaños” quedaba muy sorprendida con aquel paisaje; con las primeras nevadas se emocionaba y le encantaba salir a saltar sobre la nieve; otras veces cogía un puñado de nieve en las manos y lo apretaba con fuerza, compactándolo, y luego lo lamía saboreándolo.
“En un principio los hombres inventaron el lenguaje para comunicarse los unos con los otros y, con el tiempo, lo perfeccionaron tanto que las personas dejaron de hablarse por miedo a equivocarse”. Cuando “Ojos castaños” se hizo más mayor, emitía sonidos y hacía gestos intentando comunicarse conmigo. Le encantaba ver cómo crecían las plantas, contemplar cómo, donde antes no había nada, más que tierra, depositando unas semillas poco a poco crecían plantas con hermosas flores y árboles con dulces frutos; así que cada vez dedicó más tiempo a ello, maravillándose de ver crecer aquellos hermosos árboles. sembró diferentes especies y llegó a crear maravillosos jardines, entre los que paseaba con satisfacción contemplando aquel precioso tamiz de la naturaleza. Tuvo una gran familia y enseñó a sus hijos los cuidados que la tierra requerían, los cuidados que las plantas necesitaban y les hizo comprender cómo con tan poco esfuerzo, la naturaleza se lo agradecía ampliamente. Si uno daba de beber a la tierra, ésta le devolvía a uno el favor proporcionándole alimentos.
5 CANCIÓN:
el tema principal de la película “the thin red line”
http://www.youtube.com/watch?v=E44B-IAMtcg
miércoles, febrero 07, 2007
María Jesús González Vázquez entrevistada por Sandra Llabrés y Joana Pol en "Es Racó Literari de 3 de Nit"
La autora de esta semana fue María Jesús González Vázquez, con lo que nuestro pequeño rincón literario viajó hasta Ourense. Para el archivo audiovisual de la lectura de la obra de nuestra escritora, Joana Pol escogió en esta ocasión imágenes de arte americano con las chicas típicas de los posters de los años 50-60: mujeres que hoy en día estarían absolutamente obsoletas, con lo cual Joana le hace un guiño a la autora de Ourense, porque María Jesús retrata precisamente mujeres de hoy. Sandra intervino interpretando a la voz femenina, Carles Riera y David Fleta nos hicieron los honores en las voces masculinas. ¡Que lo disfrutéis!
MARÍA JESÚS GONZÁLEZ VÁZQUEZ autora de PLACERES RECUPERADOS.
Si por lema se entiende lo primero que pone algún diccionario al buscar la palabra, es el tema de un discurso. Tendría, entonces, que decir simplemente:
Las autoras y autores noveles merecen atención: ¡préstasela!
Si el lema es el norte que te guía en la vida y se cuela en tu escritura tengo que limitarme a resaltar unas conocidas y poco originales palabras: SOLIDARIDAD, PAZ, AMOR Y BELLEZA. Pero ¡ojo! No soy Teresa de Calcuta, ni Francisco de Asís, ni Ghandi. Tan solo una ciudadana corriente que escribe y desea proporcionar un buen rato a quien lo busque en la lectura de un libro.
1/Me llamo María Jesús: por ese nombre me conocen como articulista, autora de un libro anterior al que hoy se comenta y como luchadora por la dignidad de todas las mujeres en el mundo asociativo.
En mi familia y lugar de origen, además de lo dicho, me llaman MARISÚ. En casa, SUSI. Me podéis recordar como os guste, pero, sobre todo, podéis leer mi segundo libro: PLACERES RECUPERADOS.
Nací en Ourense avanzada la posguerra, tan avanzada que yo no me enteré de ese hecho hasta que fui mayor. Lo poco que oía mencionarla me parecía algo lejanísimo, y similar a las fantasías de todo libro cuento o tebeo que caía en mis manos desde que aprendí a leer que fue muy pronto. En mi ciudad transcurrieron mis primeros estudios que completé en las Universidades de Santiago y Madrid.
En esta última ciudad transcurre mi vida, mis avatares profesionales y mi intensa actividad asociativa, con cada vez más frecuentes visitas a mi ciudad y familia de origen. La propia es pequeña: tengo ¡qué le vamos hacer! el mismo marido de siempre. Y dos hijos varones guapísimos que quieren y respetan y comparten todas las tareas con sus encantadoras compañeras: como hijos de feminista que son. Las feministas, aún hay que seguir demostrándolo, somos personas muy normales. No atentamos más que contra la injusticia.
He sido profesora de materias pedagógicas y directora de un centro cultural, pero como escritora, estoy más influida por mi vida asociativa. He sido presidenta de la Federación de asociaciones de Mujeres Progresistas de Madrid. Sobre esta actividad publiqué un largo artículo en la revista internacional GÉNERO Y EDUCACIÓN. Otros artículos míos de educación o temática feminista, aparecieron en la revista INTENTO y en el periódico Villa de Madrid o en la publicación local Distrito 21. En el año 2003 se publica mi libro de relatos COINCIDIMOS UN TIEMPO, que se presentó en el Liceo de Ourense y en el Ateneo de Madrid. Fue muy bien acogido por quienes pudieron leerlo, pero la distribución escasa de los autores noveles nos priva del placer de llegar a lectores/as que nos disfrutarían.
Mis últimos artículos de género aparecieron en la nueva etapa de la revista CUADERNOS PARA EL DIALOGO, y el más reciente sobre violencia apareció en el diario LA REGIÓN de Ourense.
Colaboro en una publicación vecinal de un distrito de Madrid, con artículos de opinión y comentarios literarios de algún libro recomendable. Estoy muestreando un conjunto de poemas ya registrados, FANTASMAS DE INCENDIO, y trabajo en una novela, de la que ya tengo gran parte escrita. He tomado hace un tiempo la decisión de dedicar mi tiempo preferente a la escritura. La había aplazado demasiado.
Y este es más o menos el resumen de mi trayectoria literaria incluyendo las circunstancias que han influido en ella. Tanto para aplazarla en otro tiempo, como para enriquecer su contenido ahora.
2/Manifiesto:
Aunque como narradora parezca tardía, no lo fui como escritora ni como poeta. De niña y adolescente escribía cuentos y poemas. Los regalaba a mis amigas. Algunas compañeras de colegio que dejé de ver durante mucho tiempo, he sabido en los últimos años que aún conservaban mis poemas. Una amiga que aparece en Placeres recuperados, la obra que ahora he sacado, me dice que todas esperaban con ansia la llegada de los cuentos que escribía por Navidad. En cambio yo los había olvidado. Pero con la presentación de mi primer libro recuperé tantos contactos y me aportaron tantos recuerdos y me manifestaron tantas alabanzas, que solo por eso ya mereció la pena el esfuerzo.
Quiero reivindicar el derecho a ser cada uno de la época en la que vive, y a escribir y ser leída en función de su talento, no de la edad ni de la fama. Y digo esto porque a los que abandonamos la juventud se nos considera de otra época. Y hay editoriales que te discriminan no en función de la calidad de tu obra sino por la edad que tienes: ya ni la leen. Se lo comenté en un coloquio, hace años a la escritora Rosa Regás, y se quedo algo asombrada. “No hay edad para escribir, yo empecé tarde”.Pero lo mismo que no pretendemos compararnos en calidad, los/las autores o autoras noveles no estamos en sus circunstancias. Y nuestros libros pueden dormir eternamente guardados sin que nadie quiera conocer si tienen la dignidad suficiente para ver la luz. Las editoriales pequeñas también tienen problemas y van a lo seguro y otras sacan lo que sea, con lo que pienso que nos perdemos la aportación cultural y creativa de mucha gente, cuando se publica tanto libro comercial por todo menos por su calidad. Ahí las instituciones culturales locales y autonómicas tendrían que hacer un gran esfuerzo objetivo y no ideológico. Porque la cultura es de todos y para todos.
Si os preguntáis como contuve durante años la pasión de escribir, os diré que la canalicé de mil maneras: En documentos, actas, cartas a las amigas y material de trabajo, me proponía dotar de belleza y ritmo a la escritura. De hecho, uno de los relatos de mi primer libro está contenido en una carta real escrita a una amiga, que por cierto, forma parte del grupo de protagonistas de Placeres recuperados, que además de personajes de ficción cuenta con personas reales.
Muchas circunstancias aplazaron mi dedicación a la escritura pero mejor os lo cuento transcribiendo algún que otro párrafo del inicio de mi libro actual.
La futura narradora aprendió a leer casi sola, con escasa y poco profesional ayuda, jugando a descifrar dibujos que eran letras y frases y palabras. Ahí nació su afición literaria, que se satisfacía ejercitando su nuevo conocimiento en cualquier objeto papel o libro que tuvieran un espacio.
Aquí dice Sanocal, granulado, y aquí colección Azucena, cuentos de hadas. Y a continuación añadía algo de su propia cosecha “María toma Sanocal para crecer y poder jugar y leer todos los cuentos de hadas”
De aquellos inicios pasé a vivir la vida, los estudios el trabajo, el amor los hijos, los traslados, la lucha feminista... ¡tantas cosas! Y el gusanillo escarbando y mi marido diciendo “haces unos textos-o unas actas, o lo que fuera-tan literarios que sorprenden a quienes los escucha. Por qué no retomas la escritura”. Esto fue bastante determinante, porque me dio, en principio, ánimo y confianza. ¡Gracias, Juan por el empujón! Tú si que escribes cosas importantes, aunque no sean del género narrativo.
Hace unos diez años que paulatinamente, volví a la escritura y ya es mi ocupación preferente. A ver si hay posibilidades de buena distribución de mi libro.
3/ Mi libro, Placeres Recuperados, lleva un prólogo escrito por una magnifica profesora, Ersilia Lorenzo, catedrática de lengua española y literatura en Madrid, aunque gallega de origen como la autora. Y uno de los párrafos de este prólogo dice así: Aprovecha María Jesús a un grupo de amigas, para hacer literatura testimonial, nos acerca a una realidad que ella conoce muy bien que es el mundo de la mujer con sus dificultades y sus experiencias en los distintos campos: históricos, sociales, familiares, amorosos, culturales..., nos brinda un homenaje a las mujeres maduras.
Pero este libro, con un hilo conductor donde se mezclan las personas con tinte de personaje, con la literatura y la gastronomía; donde aparecen desde menús a recetas de cocina, está integrado por relatos intercalados con personajes de diversa edad y condición y una trilogía que constituye realmente una novela corta.
A continuación se transcribe la página de uno de los relatos, titulado UN DISCUTIBLE ENGAÑO. El protagonista, Rafa, habla:
No me creo eso de que llega un momento en que uno se cansa de la vida. No me lo creo. Lo digo yo que estoy con un pié en el otro lado y tiro de él hacia aquí con la fuerza que me queda, aunque no pueda atraparlo...
Cada mañana, cuando la luz empieza a colarse dentro de las paredes malva que protegen mi sueño, me alegro de vivir, y de que Marta este a mi lado esperando, con los ojos cerrados, a que yo me mueva para levantarse. Ella ha sido siempre así: cuidadosa de mi descanso...
A lo largo de nuestro matrimonio nunca pensé en complacerla. Vivíamos en armonía, con pocos altibajos; funcionábamos como pareja, fue buena la convivencia. Pero en lo que a mí respecta, no hubo esfuerzo. Simplemente resultó.
Bueno, no quiero destripar el relato, por lo que los oyentes tendrán que conformarse con eso. Pero como quiero pensar que les ha sabido a poco, voy a obsequiarles con otro aperitivo. Y por aquello de la paridad, como acaba de hablar un hombre, escucharemos ahora a una protagonista femenina del primer relato que forma parte de la trilogía incluida en el libro y que se titula ASÍ ERA UN RESCOLDO:
Carmen llega a Rosas con muchas expectativas. Le han ensalzado la belleza de la bahía, de las extensiones de arena que la jalonan, de la comodidad de los hoteles a pie de playa, que distan lo suficiente del bullicio del pueblo.
Nunca, anteriormente, ha visitado esta localidad, pese a lo mucho que le hablaron de ella en su primera juventud. Ha sido ahora, al escuchar una opinión laudatoria en su actual entorno, cuando ha decidido pasar allí unas vacaciones; y espera sacar partido de todo lo que le ofrezca la pintoresca localidad.
Para empezar se ha apuntado a un centro de Talasoterapia y escogido una habitación de hotel con vistas a la bahía, en un establecimiento confortable del Paseo Marítimo. En la zona de Santa Margarida.
Trae el equipaje justo. Es organizada y casi siempre consigue lo imposible: que nada le falte ni le sobre. Los complementos vistosos pero de valor escaso.
----No quiero preocuparme de cajas fuertes ni de cacos.
La ropa de buen gusto, no muy definida, para toda ocasión.
---solo un par de trapos, por si se tercia algo. Y unos leves conjuntos playeros con calzado cómodo para largos paseos, pero bien combinado. Por supuesto bañadores.
---Ya sé que no estoy nada mal, pero a los cincuenta y tantos hay que olvidarse del bikini, a no ser que no te vaya a ver nadie. Y en ese caso tampoco lo necesitas: es estupendo un baño de sol completo...
Además de los buenos propósitos, Carmen se ha traído un par de libros cuya lectura tiene pendiente debido, sobre todo, al escaso tiempo que le deja su infatigable actividad.
---quiero descansar, preocuparme solamente de mí. Ordenar mis recuerdos, sacar provecho de mi soledad.
Está tan animada que no parece que haya dejado atrás dos matrimonios, ni que sus hijos se acaben de independizar, vaciando el nido.
---Los fracasos me duelen. No soy de piedra, pero he decidido no cerrarme a nada. Ni siquiera a una aventura pasajera ¿qué más puedo esperar? A mi edad y con mis historias... no precisamente el amor eterno.....
Carmen es brillante. Una abogada de éxito, pero en asuntos del corazón se deja llevar de las emociones más de la cuenta y de lo que le dicta la cabeza.
Y ahora si que, si queréis conocer cómo fue la estancia de Carmen en Rosas os tenéis que animar a adquirir el libro. Podéis pedirlo en vuestras librerías y ellas a su vez a Ediciones Atlantis, C/ Hortaleza, 104,bajo.28004, Madrid. Tfno. 91-7025173. De momento solo puedo decir a mis paisanos que en las principales librerías de Ourense pueden encontrarlo. Y a mis vecinos de tantos años de la Alameda de Osuna, en el Distrito de Barajas de Madrid, en la librería del centro comercial, en la librería Canoa y posiblemente en otras del barrio que lo tengan o lo pidan. Además de la Casa del libro para quien le pille mejor. Gracias a todas y a todos. Y que no se olviden las Asociaciones de mujeres de comprarlo para sus asociadas, porque se lo dedico a todas y les encantará. Gracias otra vez. ¡Hasta siempre!.
Maria Jesús González Vázquez.
Ourense 18 de enero de 2007.
MARÍA JESÚS GONZÁLEZ VÁZQUEZ autora de PLACERES RECUPERADOS.
Si por lema se entiende lo primero que pone algún diccionario al buscar la palabra, es el tema de un discurso. Tendría, entonces, que decir simplemente:
Las autoras y autores noveles merecen atención: ¡préstasela!
Si el lema es el norte que te guía en la vida y se cuela en tu escritura tengo que limitarme a resaltar unas conocidas y poco originales palabras: SOLIDARIDAD, PAZ, AMOR Y BELLEZA. Pero ¡ojo! No soy Teresa de Calcuta, ni Francisco de Asís, ni Ghandi. Tan solo una ciudadana corriente que escribe y desea proporcionar un buen rato a quien lo busque en la lectura de un libro.
1/Me llamo María Jesús: por ese nombre me conocen como articulista, autora de un libro anterior al que hoy se comenta y como luchadora por la dignidad de todas las mujeres en el mundo asociativo.
En mi familia y lugar de origen, además de lo dicho, me llaman MARISÚ. En casa, SUSI. Me podéis recordar como os guste, pero, sobre todo, podéis leer mi segundo libro: PLACERES RECUPERADOS.
Nací en Ourense avanzada la posguerra, tan avanzada que yo no me enteré de ese hecho hasta que fui mayor. Lo poco que oía mencionarla me parecía algo lejanísimo, y similar a las fantasías de todo libro cuento o tebeo que caía en mis manos desde que aprendí a leer que fue muy pronto. En mi ciudad transcurrieron mis primeros estudios que completé en las Universidades de Santiago y Madrid.
En esta última ciudad transcurre mi vida, mis avatares profesionales y mi intensa actividad asociativa, con cada vez más frecuentes visitas a mi ciudad y familia de origen. La propia es pequeña: tengo ¡qué le vamos hacer! el mismo marido de siempre. Y dos hijos varones guapísimos que quieren y respetan y comparten todas las tareas con sus encantadoras compañeras: como hijos de feminista que son. Las feministas, aún hay que seguir demostrándolo, somos personas muy normales. No atentamos más que contra la injusticia.
He sido profesora de materias pedagógicas y directora de un centro cultural, pero como escritora, estoy más influida por mi vida asociativa. He sido presidenta de la Federación de asociaciones de Mujeres Progresistas de Madrid. Sobre esta actividad publiqué un largo artículo en la revista internacional GÉNERO Y EDUCACIÓN. Otros artículos míos de educación o temática feminista, aparecieron en la revista INTENTO y en el periódico Villa de Madrid o en la publicación local Distrito 21. En el año 2003 se publica mi libro de relatos COINCIDIMOS UN TIEMPO, que se presentó en el Liceo de Ourense y en el Ateneo de Madrid. Fue muy bien acogido por quienes pudieron leerlo, pero la distribución escasa de los autores noveles nos priva del placer de llegar a lectores/as que nos disfrutarían.
Mis últimos artículos de género aparecieron en la nueva etapa de la revista CUADERNOS PARA EL DIALOGO, y el más reciente sobre violencia apareció en el diario LA REGIÓN de Ourense.
Colaboro en una publicación vecinal de un distrito de Madrid, con artículos de opinión y comentarios literarios de algún libro recomendable. Estoy muestreando un conjunto de poemas ya registrados, FANTASMAS DE INCENDIO, y trabajo en una novela, de la que ya tengo gran parte escrita. He tomado hace un tiempo la decisión de dedicar mi tiempo preferente a la escritura. La había aplazado demasiado.
Y este es más o menos el resumen de mi trayectoria literaria incluyendo las circunstancias que han influido en ella. Tanto para aplazarla en otro tiempo, como para enriquecer su contenido ahora.
2/Manifiesto:
Aunque como narradora parezca tardía, no lo fui como escritora ni como poeta. De niña y adolescente escribía cuentos y poemas. Los regalaba a mis amigas. Algunas compañeras de colegio que dejé de ver durante mucho tiempo, he sabido en los últimos años que aún conservaban mis poemas. Una amiga que aparece en Placeres recuperados, la obra que ahora he sacado, me dice que todas esperaban con ansia la llegada de los cuentos que escribía por Navidad. En cambio yo los había olvidado. Pero con la presentación de mi primer libro recuperé tantos contactos y me aportaron tantos recuerdos y me manifestaron tantas alabanzas, que solo por eso ya mereció la pena el esfuerzo.
Quiero reivindicar el derecho a ser cada uno de la época en la que vive, y a escribir y ser leída en función de su talento, no de la edad ni de la fama. Y digo esto porque a los que abandonamos la juventud se nos considera de otra época. Y hay editoriales que te discriminan no en función de la calidad de tu obra sino por la edad que tienes: ya ni la leen. Se lo comenté en un coloquio, hace años a la escritora Rosa Regás, y se quedo algo asombrada. “No hay edad para escribir, yo empecé tarde”.Pero lo mismo que no pretendemos compararnos en calidad, los/las autores o autoras noveles no estamos en sus circunstancias. Y nuestros libros pueden dormir eternamente guardados sin que nadie quiera conocer si tienen la dignidad suficiente para ver la luz. Las editoriales pequeñas también tienen problemas y van a lo seguro y otras sacan lo que sea, con lo que pienso que nos perdemos la aportación cultural y creativa de mucha gente, cuando se publica tanto libro comercial por todo menos por su calidad. Ahí las instituciones culturales locales y autonómicas tendrían que hacer un gran esfuerzo objetivo y no ideológico. Porque la cultura es de todos y para todos.
Si os preguntáis como contuve durante años la pasión de escribir, os diré que la canalicé de mil maneras: En documentos, actas, cartas a las amigas y material de trabajo, me proponía dotar de belleza y ritmo a la escritura. De hecho, uno de los relatos de mi primer libro está contenido en una carta real escrita a una amiga, que por cierto, forma parte del grupo de protagonistas de Placeres recuperados, que además de personajes de ficción cuenta con personas reales.
Muchas circunstancias aplazaron mi dedicación a la escritura pero mejor os lo cuento transcribiendo algún que otro párrafo del inicio de mi libro actual.
La futura narradora aprendió a leer casi sola, con escasa y poco profesional ayuda, jugando a descifrar dibujos que eran letras y frases y palabras. Ahí nació su afición literaria, que se satisfacía ejercitando su nuevo conocimiento en cualquier objeto papel o libro que tuvieran un espacio.
Aquí dice Sanocal, granulado, y aquí colección Azucena, cuentos de hadas. Y a continuación añadía algo de su propia cosecha “María toma Sanocal para crecer y poder jugar y leer todos los cuentos de hadas”
De aquellos inicios pasé a vivir la vida, los estudios el trabajo, el amor los hijos, los traslados, la lucha feminista... ¡tantas cosas! Y el gusanillo escarbando y mi marido diciendo “haces unos textos-o unas actas, o lo que fuera-tan literarios que sorprenden a quienes los escucha. Por qué no retomas la escritura”. Esto fue bastante determinante, porque me dio, en principio, ánimo y confianza. ¡Gracias, Juan por el empujón! Tú si que escribes cosas importantes, aunque no sean del género narrativo.
Hace unos diez años que paulatinamente, volví a la escritura y ya es mi ocupación preferente. A ver si hay posibilidades de buena distribución de mi libro.
3/ Mi libro, Placeres Recuperados, lleva un prólogo escrito por una magnifica profesora, Ersilia Lorenzo, catedrática de lengua española y literatura en Madrid, aunque gallega de origen como la autora. Y uno de los párrafos de este prólogo dice así: Aprovecha María Jesús a un grupo de amigas, para hacer literatura testimonial, nos acerca a una realidad que ella conoce muy bien que es el mundo de la mujer con sus dificultades y sus experiencias en los distintos campos: históricos, sociales, familiares, amorosos, culturales..., nos brinda un homenaje a las mujeres maduras.
Pero este libro, con un hilo conductor donde se mezclan las personas con tinte de personaje, con la literatura y la gastronomía; donde aparecen desde menús a recetas de cocina, está integrado por relatos intercalados con personajes de diversa edad y condición y una trilogía que constituye realmente una novela corta.
A continuación se transcribe la página de uno de los relatos, titulado UN DISCUTIBLE ENGAÑO. El protagonista, Rafa, habla:
No me creo eso de que llega un momento en que uno se cansa de la vida. No me lo creo. Lo digo yo que estoy con un pié en el otro lado y tiro de él hacia aquí con la fuerza que me queda, aunque no pueda atraparlo...
Cada mañana, cuando la luz empieza a colarse dentro de las paredes malva que protegen mi sueño, me alegro de vivir, y de que Marta este a mi lado esperando, con los ojos cerrados, a que yo me mueva para levantarse. Ella ha sido siempre así: cuidadosa de mi descanso...
A lo largo de nuestro matrimonio nunca pensé en complacerla. Vivíamos en armonía, con pocos altibajos; funcionábamos como pareja, fue buena la convivencia. Pero en lo que a mí respecta, no hubo esfuerzo. Simplemente resultó.
Bueno, no quiero destripar el relato, por lo que los oyentes tendrán que conformarse con eso. Pero como quiero pensar que les ha sabido a poco, voy a obsequiarles con otro aperitivo. Y por aquello de la paridad, como acaba de hablar un hombre, escucharemos ahora a una protagonista femenina del primer relato que forma parte de la trilogía incluida en el libro y que se titula ASÍ ERA UN RESCOLDO:
Carmen llega a Rosas con muchas expectativas. Le han ensalzado la belleza de la bahía, de las extensiones de arena que la jalonan, de la comodidad de los hoteles a pie de playa, que distan lo suficiente del bullicio del pueblo.
Nunca, anteriormente, ha visitado esta localidad, pese a lo mucho que le hablaron de ella en su primera juventud. Ha sido ahora, al escuchar una opinión laudatoria en su actual entorno, cuando ha decidido pasar allí unas vacaciones; y espera sacar partido de todo lo que le ofrezca la pintoresca localidad.
Para empezar se ha apuntado a un centro de Talasoterapia y escogido una habitación de hotel con vistas a la bahía, en un establecimiento confortable del Paseo Marítimo. En la zona de Santa Margarida.
Trae el equipaje justo. Es organizada y casi siempre consigue lo imposible: que nada le falte ni le sobre. Los complementos vistosos pero de valor escaso.
----No quiero preocuparme de cajas fuertes ni de cacos.
La ropa de buen gusto, no muy definida, para toda ocasión.
---solo un par de trapos, por si se tercia algo. Y unos leves conjuntos playeros con calzado cómodo para largos paseos, pero bien combinado. Por supuesto bañadores.
---Ya sé que no estoy nada mal, pero a los cincuenta y tantos hay que olvidarse del bikini, a no ser que no te vaya a ver nadie. Y en ese caso tampoco lo necesitas: es estupendo un baño de sol completo...
Además de los buenos propósitos, Carmen se ha traído un par de libros cuya lectura tiene pendiente debido, sobre todo, al escaso tiempo que le deja su infatigable actividad.
---quiero descansar, preocuparme solamente de mí. Ordenar mis recuerdos, sacar provecho de mi soledad.
Está tan animada que no parece que haya dejado atrás dos matrimonios, ni que sus hijos se acaben de independizar, vaciando el nido.
---Los fracasos me duelen. No soy de piedra, pero he decidido no cerrarme a nada. Ni siquiera a una aventura pasajera ¿qué más puedo esperar? A mi edad y con mis historias... no precisamente el amor eterno.....
Carmen es brillante. Una abogada de éxito, pero en asuntos del corazón se deja llevar de las emociones más de la cuenta y de lo que le dicta la cabeza.
Y ahora si que, si queréis conocer cómo fue la estancia de Carmen en Rosas os tenéis que animar a adquirir el libro. Podéis pedirlo en vuestras librerías y ellas a su vez a Ediciones Atlantis, C/ Hortaleza, 104,bajo.28004, Madrid. Tfno. 91-7025173. De momento solo puedo decir a mis paisanos que en las principales librerías de Ourense pueden encontrarlo. Y a mis vecinos de tantos años de la Alameda de Osuna, en el Distrito de Barajas de Madrid, en la librería del centro comercial, en la librería Canoa y posiblemente en otras del barrio que lo tengan o lo pidan. Además de la Casa del libro para quien le pille mejor. Gracias a todas y a todos. Y que no se olviden las Asociaciones de mujeres de comprarlo para sus asociadas, porque se lo dedico a todas y les encantará. Gracias otra vez. ¡Hasta siempre!.
Maria Jesús González Vázquez.
Ourense 18 de enero de 2007.
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