El autor de esta semana fue Juan Pan García. Sandra Llabrés y Joana Pol le entrevistaron en el rincón literario del magazine 3 de Nit, de IB3-Radio, y David Fleta fue esta vez la voz principal de INOLVIDABLE PRIMAVERA, el relato escogido del que se leyó un fragmento; aquí podréis leerlo completo.
LEMA
Los hombres se van; sus obras quedan.
No quisiera que con mi muerte murieran también mis recuerdos, sentimientos, ilusiones y proyectos. Me gustaría que mis obras dejasen constancia de mi paso por la Tierra
BIOGRAFÍA
Me llamo Juan Pan García
Nací en Algar, un pueblo de la Sierra de Cádiz, hace ya muchos años. Pero desde los seis fui dando vueltas por el mundo, hasta que me establecí, hace 25 años, en El Puerto de Santa María, Cádiz.
MIS OBRAS
“La pista del lobo”. Novela histórica revisada recientemente y que participa actualmente en un certamen literario.
“Mariluz”, inédita. Novela policíaca, que narra las peripecias de una estudiante que acaba su carrera y se enfrenta a la difícil tarea de encontrar un trabajo acorde con sus estudios.
“Nostalgia”, libro de prosa poética y poemas
“Cuentos de la vida”, cuaderno compuesto de cinco cuentos infantiles.
“Cuentos del abuelo”, libro compuesto de 30 cuentos y relatos, algunos de ellos están expuestos en El Recreo y en Yoescribo.com.
Colaboro habitualmente en Astrolabio.net y Sierradecadiz.com. En El Recreo y en los Foros de El Café de Artistas, Bibliotecas virtuales y Yoescribo.com (a la espera de su maquetación)
Mis relatos están en mi blog, donde todos están invitados a entrar y leer.
http://ellugardejuan.blogspot.com
MANIFIESTO
Cuando yo era un niño, los maquis secuestraron a mi amigo y compañero de juegos, de doce años de edad, Antoñito Sánchez Regordán, y desde entonces esa imagen se quedó grabada en mi mente con tal fuerza, que la recuerdo como si hubiese sucedido ayer.
Desde aquel momento quise aprender a escribir bien para contar esa historia, con la esperanza de que jamás se volviese a repetir. Esa es mi primera novela, “La pista del lobo”.
Desde mi más temprana edad me gustó escuchar los cuentos de mis padres y abuelos; luego en el colegio me procuraban cuentos y novelas juveniles. Me leí las colecciones de Julio Verne, Emilio Salgari, y la colección completa de relatos de El Capitán Trueno, Roberto Alcázar y Pedrín, El tesoro de la Juventud.
Mi época escolar la pasé de colegio en colegio, de ciudad en ciudad. Así estudié Primaria en Madrid, Maestría Industrial en Málaga, entré en la Universidad Laboral de Madrid, de donde escapé al finalizar el primer curso con pésimas notas. Me fui a París y comencé a trabajar vendiendo el periódico France Soir en las puertas del metro; luego, cuando supe defenderme en el idioma, aproveché mis conocimientos industriales y pude dedicarme a controlar la calidad de las soldaduras en centrales nucleares, refinerías y gaseoductos, profesión que me llevó a desplazarme a países varios: Bélgica, Republica Sudafricana, Kenia, El Zaire.De regreso en España ruedo también por las diferentes provincias en que se construían grandes obras termoeléctricas: Centrales nucleares de Cofrentes (Valencia), Almaraz (Cáceres), Trillo (Guadalajara). Gaseoductos en Salamanca, Alicante, Almería, Córdoba y Cádiz, lugar donde me establecí definitivamente en la industria naval auxiliar.
Metido en la política laboral fui cuatro años Secretario del Metal en mi ciudad, representante de uno de los más importantes sindicatos españoles.Las experiencias de todo tipo vividas en todos estos lugares, archivadas en mi mente, estimularon mi imaginación y dieron nacimiento a las obras literarias antes mencionadas y a otras tres o cuatro que tengo en mente que, si Dios me lo permite, verán la luz a medida que vaya progresando en el arte de escribir, pues es bien cierto lo que dijo la escritora Blanca Miosi en este mismo lugar, “Primero escribimos novelas; luego aprendemos el arte de escribir.”
Es muy difícil publicar para un autor novel; existe un muro invisible que rodea a al mundo editorial, con el que se topan los que intentan acceder por primera vez, un muro que protege a los autores consagrados de la llegada de miles de escritores tan buenos como ellos, que podrían hacer tambalear sus privilegiadas posiciones. Tanto en los concursos literarios, como el enviar directamente a las editoriales las obras, se ven la mayoría de las veces rechazadas sin ni siquiera leerlas.
Hecho de menos a editoriales o instituciones dedicadas a dar a conocer a nuevos autores. Dicen que la gente se cansa de comer el mismo plato siempre; posiblemente, también se canse de leer siempre a los mismos, y para promocionar la lectura, como se pretende ahora, sería bueno dar a conocer otras formas de ver la vida leyendo a nuevos narradores.
En los foros de escritores de Internet he notado la ayuda y el ánimo de docenas de amigos y compañeros escritores noveles, que al igual que yo desean dejar su impronta en el mundo literario. A ellos les doy las gracias, porque ha sido gracias a ellos que hoy cuento con maravillosos relatos entre mis obras. Mención especial para Blanca Miosi, Raffie Rivera, Fernando Hidalgo, Isabel Torres, Silvia Pereiro, Terminus... y otros muchos.
Canción : la que lleva el relato. Si no la encuentran podría valer “Flor silvestre”, por Miguel Aceves Mejía u otro
INOLVIDABLE PRIMAVERA
El día había amanecido en París soleado y caluroso, un día señalado para pasear por las avenidas, sentarse en los parques o asomarse al Sena, para admirar el lento avance de las lujosas embarcaciones de paredes de cristal, convertidas en restaurantes y salas de concierto.
Miré a María Asunción, que estaba dormida en el sofá-cama desnuda, apenas cubierta por la sábana. Tenía un cuerpo bonito, bien proporcionado, de carnes apretadas y tostadas. Sus rasgos eran criollos: labios carnosos, nariz pequeña, ojos de miel, cabello abundante, negro azabache, largo y lacio. Descansaba plácidamente, recuperándose de la turbulenta noche que habíamos vivido. Llegamos ya de madrugada y estuvimos hablando de ella, de su maravilloso país, de sus ríos y selvas; de su presidente, el general Stroessner, uno más de los generales que gobernaban el mundo. Me dijo que ella era libre, de ésas que decían: “Haz el amor y no la guerra”, que se entregaban a quien lo necesitara y que por tanto no quería ataduras. “Estoy contigo, pero no te pertenezco”, me dijo. Miré el reloj: las 11. La dejé dormir.
La conocí el día anterior en la Sorbonne, durante la proyección de una película en uno de los anfiteatros de la Universidad. Horas antes, observé que en el Barrio Latino se aglomeraba toda la población estudiantil, ocupando escalones, fuentes, terrazas y muelles del Sena. Jóvenes de diferentes especialidades, culturas y países convivían habitualmente por esa zona; pero siendo el centro de la revuelta, miles de estudiantes de otros lugares habían acudido a solidarizarse con aquéllos y era prácticamente imposible encontrar un hueco donde descansar sin ser arrollado por esa masa humana que gritaba expresando sus convicciones y que arrastraba a la gente hacia los actos celebrados dentro de la Universidad. Me encontré sentado en un anfiteatro del centro de enseñanza, viendo cortometrajes de personajes como El Ché, Mao, Fidel Castro, que eran seguidos por debates en torno a esos líderes y sus doctrinas revolucionarias.
Fue durante el debate que siguió a un cortometraje de esos que una chica que se hallaba sentada a mi lado me ofreció beber agua de una botella. Bebí y la miré para darle las gracias. Era una joven de piel morena; parecía mulata, pero no lo era. No le pregunté nada, pero me presenté y tras el protocolo de rigor, quedamos en salir fuera a presenciar los acontecimientos. Ahora dormía en mi sofá, ajena a lo que sucedía en el exterior de aquella buhardilla de la Rue Montmartre.
Minutos más tarde, yo me dirigía por la Rue de Rívoli en busca de mi Citroën ID19, más conocido por “Tiburón”, que dejé abandonado en medio de la calzada junto a otros miles de vehículos que se habían quedado sin carburante. Estábamos ya a mediados de mayo de 1968.
Todo comenzó porque los estudiantes pedían una drástica reforma en la Universidad. Los padres apoyaron a sus hijos y los sindicatos de la Regie Renault se sumaron a la huelga. Pronto se le unieron otras fábricas y toda la industria quedó paralizada. Pero lo peor estaba por venir: la paralización general del transporte.
Las ciudades se quedaron sin abastecimiento, las estaciones de servicio sin carburante; las empresas cerraban porque sus empleados no podían acudir a sus puestos. Las calles se llenaron de coches abandonados en medio de la calzada o estacionados en doble y tercera fila en el lugar en que se quedaban secos. El mío estaba frente a las tiendas de La Samaritaine, cerca del Louvre.
Comprobé que todo estaba en orden y me dirigí a Nôtre Dame. Luego atravesé el puente hacia el Barrio Latino para alcanzar el Boulevard St. Michel, donde a esas horas los soldados del Ejército limpiaban las calles de adoquines, botellas, coches calcinados y botes de humo diseminados tras los enfrentamientos nocturnos.
A lo largo de la avenida personas de toda índole se arremolinaban alrededor de espontáneos oradores, que realizaban toda clase de discursos, enfrentados por la parálisis del país. En el titular del matutino París Jour, leí que el Gobierno no dejaba salir los capitales de Francia y que los trabajadores extranjeros sólo podrían enviar a sus familias remesas de 200 Francos mensuales. El día 13 se calcularon en 9 millones los trabajadores en huelga. Los actos vandálicos de los estudiantes estaban dirigidos por un tal Daniel Cohn-Bendit, un francés descendiente de judíos alemanes, que estudiaba Sociología en la Universidad de Nanterre. Días antes, había sido expulsado de Francia y regresó por sorpresa. Durante los enfrentamientos con la policía enseñaba a sus seguidores la manera de arrancar los adoquines de la calles y lanzarlos con fuerza contra los antidisturbios. La agenda se había convertido en rutinaria: manifestaciones y discursos por la tarde; barricadas por la noche, frente a una feroz respuesta de los CRS (Cuerpo Republicano Especial). En la madrugada del día 16, se cuentan mil heridos de consideración. Varios coches arden durante la noche, proyectando siluetas dantescas de la confrontación. Yo estaba convencido de que todo aquello acabaría en una guerra civil.
Miré de nuevo mi reloj: las doce, hora de regresar. Todo estaba cerrado por carecer de existencias, ninguna panadería, carnecería o restaurante. Menos mal que yo había conseguido llenar un armario de conservas en previsión de que la huelga se alargase. En las fachadas de los edificios, en los escaparates y en las farolas aparecían carteles de todas clases, referentes a la huelga. El que más impresionaba era uno que mostraba a un policía de los antidisturbios con casco, gafas y máscara en una pantalla de televisión. Debajo tenía el mensaje siguiente: No enciendas tu televisor, el Gobierno te vigila.
Cuando llegué a mi apartamento, después de subir las escaleras hasta la octava planta, oí unos acordes de guitarra y una voz dulce y suave de mujer que cantaba:
Barlovento, barlovento
tierra ardiente y del tambor
Tierra de las fulias y negras finas
que se van de fiesta
La cintura prieta al son de la curbeta
Taki, taki ta , y de las minas.
Abrí la puerta y vi a María sentada en el sofá, tocando una vieja guitarra que yo guardaba colgada en la pared desde hacía dos o tres años. Ella la había afinado y se acompañaba de unas notas nostálgicas. Al verme me sonrió, sin dejar de cantar:
Sabroso que mueve el cuerpo
La barloventeña cuando camina
Sabroso que suena el tan
Taki , taki tan sobre las minas
Que vengan los comunqueros
Para el baile de San Juan
Que la mina está templada
para sona taki, taki ta.
Me senté en la moqueta frente a ella y aplaudí cuando acabó su canción. Entonces se levantó y vino a mí y me besó. Luego se asomó a la ventana y descubrió a las palomas que habitaban en los tejados. Me miró y sonrió. Le di un paquete de maíz que yo guardaba para alimentarlas y ella se volvió a asomar para echarles la comida. Tenía unas piernas largas y muy bonitas, bien torneadas. Al inclinarse sobre el alféizar me di cuenta de que no llevaba ninguna otra prenda debajo de la camisa larga que se había puesto. Me acerqué a ella y me arrodillé, la abracé y puse mi mejilla pegada a sus nalgas. Sentí algo inolvidable, maravilloso. Su piel me transportó por las verdosas aguas del río Paraná, a través de una selva de plantas frescas y de olores diferentes. Su perfume delicado y envolvente me llevó hasta el Corpá, y me enseñó la belleza y majestuosidad de las aguas de Guairá, despeñándose a más de cien metros de altura, enmarcadas en un arco iris alucinante. Me sumergí en ellas con pasión y deseo y me dejé arrastrar por las impetuosas aguas hasta el lejano remanso reparador que sucede a la vorágine.
Al anochecer me dijo que se iba a la Universidad para unirse a sus compañeros en la lucha. Yo la acompañé.
El boulevard estaba rebosante de gente; junto al puente de St. Michel, centenares de furgones policiales esperaban ansiosos la orden de ataque. En las calles se enfrentaban los partidarios de continuar luchando, que ofrecían por 1 franco el libro “Mao Tse Tung” para ayudar a los encerrados en la Sorbonne, contra los partidarios de la reivindicación pacifista, que repartían folletos y fotos de Luter King.
Serían poco más de las diez cuando oí el griterío que subía desde el río, me asomé a la esquina de la rue Sorbonne y vi que la gente corría hacia arriba. La masa humana se dirigía al edificio central de la Universidad a refugiarse. Miré hacia abajo y vi un espectáculo terrorífico: los antidisturbios avanzaban pegados hombro con hombro y formando filas compactas, que iban desde una acera a la otra golpeando salvajemente con sus porras a todo aquél que estuviese en la calle obstaculizando su camino. Viendo las puertas de los edificios cerradas, la gente se pegaba a las paredes y los portales. En vano: todos eran golpeados con dureza. Los que caían al suelo eran pisoteados por todo el regimiento de CRS, que se dirigía sin miramientos hacia la Sorbonne.
Me volví al escuchar mi nombre, era María Asunción que me llamaba desde la puerta del centro universitario, rogándome que me refugiase dentro con ella; pero vi que era imposible: un grupo considerable de personas se interponían entre nosotros y no me podía mover porque la calle ya estaba al completo, como el metro en las horas puntas. Le dije adiós con la mano y me salí por otra calle en dirección contraria a los guardias, hacia los Jardines de Luxemburgo. Atravesé de nuevo el Sena por el Puente de las Artes y llegué a mi casa con las luces del alba. Me duché mientras escuchaba la radio y oí que las fuerzas de seguridad habían desalojado a los estudiantes que habían ocupado la Universidad, que muchos de ellos estaban heridos, que otros estaban detenidos y que algunos serían expulsados de Francia.
Nunca supe más de María. Pregunté varias veces entre los universitarios y les mostraba una foto que había obtenido de ella, por si la conocían. Nadie sabía de ella.
Pero como dice el tema de “Esplendor en la hierba”, su belleza permanece para siempre en mi memoria.
Fin
sábado, enero 27, 2007
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MALLORCA FANTÀSTICA 2007
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18 comentarios:
la musica es preciosa
me podeis decir que musica es
Magnífico trabajo, como siempre. Mi sincera enhorabuena al autor, debe de ser una experiencia límite para un escritor novel.
Teniais que haber puesto en el video el momento en que Joana se equivoco con la edad del protagonista, fue muy gracioso sobretodo cuando Sandra Llabres le dijo aquel "noooooooo"
no es una critica, Joana, te admiro mucho sobretodo por esta parte tuya tan humana y llena de entusiasmo que hace que a veces te "preciputes", como decia cierto compañero de yoescribo...
Excelente trabajo una vez mas, la musica un acierto, como siempre, sois los mejores.
Ya lo estaba deseandooooooo
que pusiérais el videooooooo
Me he aficionado a estas "petites joies" pero también me guardo los programas grabados porque "anónimo" tiene razón y el programa en sí es entrañable, mezcláis la perfección de la lectura con la humanidad y la simpatía, el programa me encanta porque dejáis que el autor se exprese y no intentáis abrumarnos con la cultura sino entretenernos con buena literatura y bonitas historias. Lástima que no lo pueda escuchar en directo la mayoría de las veces ni yo ni mis compañeras del instituto, que no nos dejan "TRESNOCHAR" tantoooooooooo
Yo personalmente "tresnocharía" cada noche porque cuando mis padres no se dan cuenta me enchufo bajito al programa y me gusta mucho, eso último que hacéis de las leyendas urbanas está super, ah, y lo de la inmobiliaria que vende islas, me tronché con ese programa, todavía me duelen los carrillos de tanto reírme
Me gustan mucho los hiperbreves, desde Navidades que no nos ponéis unooooooooo, porfi más hiperbreves que los bordáis.
Candy, una admiradora fiel hasta la muerte.
Muchísimas gracias, Joana Pol. Ha sido un honor y un verdadero placer participar en tu programa.
Los nervios que me atenazaron durante la entrevista han dado paso a la emoción que me embarga ahora al ver el vídeo con esas imágenes que viví plenamente en su día y escuchar esa preciosa música que la acompaña.
Mis felicitaciones a todo el grupo del programa por su trabajo y por llevar a cabo esta magnífica idea de promocionar a los autores noveles.
Un beso fuerte. Juan Pan García
Precioso. Felicidades Juan.
yo también soy TRESNOCHADOR jajaja
Ole Sandra and company
¿Alguien me puede explicar cómo hacer para ver el vídeo?
Aún no he logrado verlo, se detiene a los pocos segundos de iniciarse y se bloquea el ordenador. En cambio la grabación de la entrevista en la radio se escucha perfectamente en
http://www.sirlebert.com/xalfdm/pol38.mp3
¿Qué hay que hacer cuando el vídeo se detiene para poder continuar viéndolo? Gracias. Saludos.
hola
yo lo veo perfctmt
el video es muy dramatico
yo tambien soy TRESNOCHADORA jajaja
hola
Juan
Pienso que el video es muy grande, son muchos megas y sin duda la velocidad de descarga de tu ordenador no te permite verlo bien, te recomiendo paciencia y que dejes que se descargue la primera vez, luego podrás visionarlo con más tranquilidad.
Por cierto, me encanta el término que usáis, y yo también soy TRESNOCHADORA
Una pregunta inocente, ¿a qué viene esa palabra "tresnochadora"?
Por cierto yo también tengo dificultades para ver los videos, pero es por la razón que dice Bony, antes colgaban los videos más pequeños pero la calidad del sonido aún era peor. Ahora ha mejorado un poco pero los videos son más grandes y tardan más en descargarse.
Cuando te lo hayas descargado la primera vez podrás verlo bien y de un tirón, vale la pena.
Sandra Llabrés presenta un programa en IB3-Radio que se llama 3 de Nit y que es un magazine, todas las noches del lunes al jueves. 3 de Nit tendría una traducción al castellano como 3 de Noche. A quienes siguen el programa se les bautizó con el término inventado "tresdeniters",que en castellano es incluso más simpático: "tresnochadores", jugando con el término ya existente y por cierto muy adecuado "trasnochadores".
Lo de las dificultades para ver el video, Juan, sigue las instrucciones de Bonnie, son correctas: deja que el video se vaya descargando mientras te tomas un café. Se descarga a trompicones cuando la velocidad de descarga de nuestro pc es lenta o insuficiente. Una vez descargado, podrás verlo bien.
Un abrazo a todos y a todas, "tresdeniters i tresdeniteres", "tresnochadores y tresnochadoras". Os queremos.
Perdonad mi torpeza, pero... ¿El vídeo se descarga y se guarda en el archivo como un archivo más? ¿Cómo se hace?
Llevo poco tiempo con esto de la informática, hasta hace poco escribía a máquina.¿Dónde tengo que clicar? en le vídeo sólo veo escrito Share-
Muchas gracias.
Joana, un beso, niña de los tacones rojos.
Yo no sé guardarlos, aunque me imagino que esa posibilidad existe. Los colgamos en Youtube donde están disponibles se supone que mientras exista youtube (???). Lo que sí puedes hacer es copiar el código en la misma página de youtube donde está alojado para poder ponerlo en tu propio blog (te lo recomiendo). Sólo has de hacer clic 3 veces sobre el video para ir directamente a la fuente, es decir a youtube, y allí podrás coger el código, copiarlo y ponerlo en tu blog, en una entrada.
Un gran abrazo!
Atencion tresnochadores, ay un sitio en internet donde tienen una seleccion de videos de yutube y se ven y se oyen mejor y se descargan mas rapido, es aqui
http://www.leechvideo.com/video/view1510682.html
y he visto que han selecionado muchos videos vuestros, basta buscar "sandra llabres" o "joana pol" y te salen.
yo tambien soy tresnochador
¡Ya lo tengo en mi ordenador! Efectivamente, habéis realizado un trabajo colosal, ahora se ve y escucha de p... mare.
Gracias, amigos de 3de nit,Joana, Sandra y demás colaboradores, y a tots els tresnaochaors qui vaen estar escoltanlis.
¿Es asína com es diu?
Gracias a todos los colaboradores del programa y a todos los trasnochadores que estuvieron escuchando. Un abrazo a todos.
Bueno, felicidades, Juan. Suerte con esa novela que anuncias. Y también a Joana y a todo el equipo de Ib3 por el trabajo que hacen (se notan las ganas, y se agradecen).
Por si a alguien le interesara, desde esta página pueden bajarse los videos de YouTube:
http://javimoya.com/blog/youtube.php
Claro que luego hay que convertirlos a otro formato, o bien bajar tambien un reproductor de videos java, pero todo ello puede hacerse desde esa misma web.
En esta otra lo explican bastante bien:
http://www.polimalo.com/bitacora/index.php?m=03&y=06&entry=entry060320-144612
La entrevista de Juan Pan (con tu permiso, Juan) está disponible desde estos enlaces:
http://www5.rapidupload.com/d.php?file=dl&filepath=33885 (AVI, 23 Mb)
http://www5.rapidupload.com/d.php?file=dl&filepath=33911 (MPG, 32 Mb)
Un saludo.
Juan, que placer leerte y escucharte amigo. Un relato espectacular, ameno.
Te dejo un beso y abrazo enorme.
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